5 Lugares que No Podés Dejar de Visitar en Marruecos

Este artículo fue escrito por Jessica Frank

Marruecos es un país que vibra con historia, cultura y paisajes que parecen sacados de un cuento. Desde las bulliciosas ciudades hasta los tranquilos pueblos costeros y el infinito desierto, este destino tiene algo para todos los gustos. Si estás planeando tu próximo viaje, aquí te cuento sobre cinco lugares imprescindibles, qué hacer en cada uno, y algunos consejos para que tu experiencia sea inolvidable.

La duna de Erg Chebbi en Merzouga

1. Marrakech: El alma vibrante de Marruecos

Conocida como “la ciudad roja”, Marrakech es una mezcla fascinante de tradición y modernidad, ideal para quienes buscan sumergirse en la esencia del país.

Plaza en los zocos de Marrakech

Qué hacer en Marrakech:

  • Pasear por la Plaza Jemaa el-Fna, donde encantadores de serpientes, músicos y cuentacuentos te transportan a otra época. Por la noche, los puestos de comida se llenan de aromas deliciosos; prueba el tan recomendado tajín o el mechoui (cordero asado).
  • Descubrir el Palacio de la Bahía, un ejemplo perfecto de la arquitectura marroquí, con patios decorados con mosaicos y jardines exuberantes. Pasear por sus pasillos te transportará a la época en que los sultanes y sus cortes vivían aquí.
  • Explorar los zocos: Los mercados de Marrakech son un laberinto fascinante de colores, aromas y sonidos. Puedes encontrar desde alfombras tejidas a mano y lámparas de metal hasta especias exóticas y ropa tradicional. Regatea con los vendedores (es parte de la experiencia) y llevate un recuerdo único.
  • Conocer la Mezquita Koutoubia: Aunque los no musulmanes no pueden entrar a la mezquita, su imponente minarete es uno de los símbolos de Marrakech. Admiralo desde sus alrededores, especialmente al atardecer, cuando el cielo se tiñe de tonos cálidos.
  • Visitar el Jardín Majorelle y el Museo Yves Saint Laurent: Un oasis de calma en medio del caos de la ciudad, el Jardín Majorelle es un lugar perfecto para desconectar. Su vibrante color azul y su vegetación exuberante son impresionantes. Muy cerca, el Museo Yves Saint Laurent rinde homenaje al famoso diseñador que encontró en Marruecos una fuente de inspiración.
  • Perderse en los Jardines de Menara: Un lugar menos concurrido que el Jardín Majorelle, pero igual de encantador. Este extenso parque con su estanque central y vistas a las montañas del Atlas es perfecto para un paseo relajante al atardecer.
  • Visitar el Museo de Marrakech: Ubicado en un antiguo palacio, este museo te permite conocer más sobre la historia y la cultura de la ciudad. Sus exhibiciones incluyen arte tradicional marroquí, cerámica y manuscritos históricos.
  • Recorrer las Tumbas Saadíes: Un rincón cargado de historia que permaneció oculto durante siglos. Estas tumbas, rodeadas de jardines y decoradas con azulejos intrincados, son el lugar de descanso de la dinastía saadí. Un sitio perfecto para sentir la atmósfera de un Marruecos de otra época.
  • Descubrir la Madraza de Ben Youssef: Este antiguo colegio islámico es una obra maestra de la arquitectura marroquí. Sus patios adornados con mosaicos y madera tallada son ideales para admirar y fotografiar. Caminar por sus pasillos te hace imaginar cómo vivían y estudiaban aquí los estudiantes hace siglos.
  • Disfrutar de la gastronomía local: Marrakech es un paraíso para los amantes de la comida. Probá un tajín de cordero con ciruelas, el cuscús de los viernes o el bastilla, un pastel salado relleno de carne de ave y almendras. No olvides acompañar tus comidas con un té de menta recién preparado. Y si te encanta la comida, podés hacer un tour guiado por los mercados para descubrir los secretos de la cocina marroquí. Aprendé sobre las especias que dan sabor a los platos locales y prueba delicias como kefta, pasteles de miel y las famosas aceitunas marinadas.
  • Experimentar un taller artesanal: Desde la cerámica y el cuero hasta la caligrafía árabe, Marrakech es un centro de artesanía. Participar en un taller no solo es divertido, sino que también te conecta con las habilidades y tradiciones locales.

Como verás, Marrakech no es solo un destino, es una experiencia para todos los sentidos. Hay muchos más lugares que conocer y actividades que realizar. Y tené en cuenta, cada rincón tiene algo especial que ofrecer, y su mezcla de historia, cultura y hospitalidad es lo que la hace inolvidable.

la Mezquita Koutoubia

Dato de color: Marrakech es famosa por su hospitalidad. Si aceptás un té de menta en un local, es señal de que la conversación y el negocio están por empezar.

2. Fez: el corazón espiritual y cultural de Marruecos

Fez es una ciudad que late al ritmo de la historia. Considerada la capital cultural y espiritual de Marruecos, es conocida por su medina medieval, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y por ser la cuna de tradiciones, conocimientos y artesanías que han sobrevivido al paso del tiempo. Recorrer sus calles es como viajar siglos atrás, donde cada rincón guarda una historia, un aroma, un sonido que te envuelve.

Si estás planeando visitar esta joya marroquí, aquí te dejo una lista de experiencias imprescindibles que harán de tu viaje algo inolvidable.

Qué hacer en Fez:

  • Perderte en la Medina de Fez el-Bali: La medina de Fez el-Bali es un laberinto vivo de más de 9.000 calles estrechas donde el tiempo parece haberse detenido. Sin coches ni motos, aquí todo se mueve al ritmo de los burros y los peatones. Explora sus zocos, donde encontrarás desde especias y textiles hasta joyas y cerámica.
  • Visitar las curtidurías de Chouwara: Las curtidurías son uno de los lugares más icónicos de Fez. Desde las terrazas de las tiendas circundantes, podrás observar cómo los artesanos tiñen el cuero en enormes tinas de colores naturales. No te olvides de llevar contigo una ramita de menta para contrarrestar el olor.
  • Admirar la Madrasa Al-Attarine: Este antiguo colegio islámico es una obra maestra de la arquitectura marroquí. Sus intrincados mosaicos, techos tallados en madera de cedro y patios llenos de detalles son un deleite visual que refleja la grandeza de la época.
  • Conocer la Universidad Al-Qarawiyyin: Fundada en el año 859, esta universidad es considerada la más antigua del mundo en funcionamiento continuo. Aunque solo se puede admirar su impresionante arquitectura desde el exterior, sentirás la fuerza del conocimiento que emana de este lugar.
  • Relajarte en un hammam tradicional: Después de un día explorando la ciudad, no hay nada como disfrutar de un hammam. En Fez, encontrarás tanto hammams históricos como modernos. Dejate mimar con un baño de vapor, exfoliaciones con jabón negro y aceites aromáticos.
  • Probar la gastronomía típica: Fez es conocida como la capital culinaria de Marruecos. No te pierdas el pastilla, un pastel relleno de carne de ave y almendras, envuelto en masa filo y espolvoreado con azúcar y canela. También es imprescindible degustar el harira (sopa tradicional) y los dátiles frescos de los mercados locales.
  • Descubrir el Mellah (barrio judío): El antiguo barrio judío de Fez es un testimonio de la diversidad cultural de la ciudad. Recorre sus calles y visita el cementerio judío, conocido por sus lápidas blancas y la sinagoga Ibn Danan, una de las más antiguas de Marruecos.
  • Pasear por el Jardín Jnan Sbil: Este tranquilo oasis en medio del bullicio de la ciudad es perfecto para descansar. Sus fuentes, caminos sombreados y flores exóticas te invitan a relajarte mientras disfrutás de un respiro verde en Fez.
  • Conocer la Puerta Bab Bou Jeloud: Esta majestuosa puerta es la entrada principal a la medina y un icono de Fez. Sus azulejos azul y verde reflejan la artesanía marroquí y te dan la bienvenida a un mundo lleno de historia y tradición.
  • Disfrutar de las vistas desde Borj Nord: sube a Borj Nord, una antigua fortaleza convertida en museo, desde donde tendrás vistas panorámicas de la medina. Al atardecer, el espectáculo es simplemente mágico.
Antigua casa tradicional, hoy restaurante
Universidad Al-Qarawiyyin

Fez no es solo un lugar para visitar, es un lugar para sentir. Su cultura vibrante, su rica historia y su hospitalidad hacen que cada momento en esta ciudad sea inolvidable.

Dato de color: Las famosas babuchas de cuero que se venden en Marruecos provienen, en su mayoría, de las tenerías de Fez. No te olvides de llevarte unas de recuerdo.

Artesanos de cobre en la Medina de Fez

3. Chefchaouen: El paraíso azul en las montañas

Chefchaouen es uno de esos lugares que parecen irreales, como si alguien hubiera decidido pintar un sueño entero de azul. Ubicado entre las montañas del Rif, este pueblo es mucho más que su famoso color. Es calma, historia, y naturaleza en estado puro. Cada rincón tiene algo mágico, y caminar por sus calles es una experiencia que no se olvida.

Chefchaouen

Si estás pensando en visitar Chefchaouen, te cuento algunas de las cosas que no te podés perder.

Qué hacer en Chefchaouen:

  • Pasear sin rumbo por sus calles azules: Lo mejor que podés hacer en Chefchaouen es simplemente caminar. Sus calles empedradas y casas pintadas de azul en todos los tonos te van a hacer sentir que estás dentro de una postal. Perderte por este laberinto es parte del encanto.
  • Tomarte un respiro en la Plaza Uta el-Hammam: Este es el centro de la vida del pueblo. La plaza está rodeada de restaurantes y cafés donde podés sentarte a tomar un té de menta y ver pasar la vida. Desde acá también podés visitar la Kasbah, una antigua fortaleza llena de historia.
  • Explorar la Kasbah: En el medio del pueblo, esta fortaleza del siglo XV es un lugar perfecto para entender la historia de Chefchaouen. Tiene un jardín súper tranquilo, un museo con piezas de la región y unas vistas increíbles desde sus torres.
  • Probar la comida típica: Chefchaouen tiene platos que te van a conquistar. No te pierdas el cuscús con verduras frescas, el tagine (mi favorito es el de cordero con ciruelas) y el queso de cabra local, que es un orgullo de la región.
  • Comprar recuerdos únicos: Los mercados de Chefchaouen son tranquilos, ideales para pasear y encontrar artesanías auténticas. Hay alfombras, textiles, cerámica y hasta aceites esenciales. Cada cosa que compres tiene detrás una historia y un trabajo artesanal que vale la pena valorar.
  • Conectar con la naturaleza en las montañas del Rif: Si te gusta el aire libre, Chefchaouen es el lugar ideal. Desde acá podés salir a explorar rutas de senderismo que te llevan a paisajes increíbles, como los del Parque Nacional Talassemtane. Es una forma diferente de descubrir Marruecos.
  • Ver el atardecer desde la Mezquita Española: Este es mi lugar favorito para terminar el día. A unos 20 minutos caminando desde el pueblo, vas a encontrar esta antigua mezquita. Desde ahí, las vistas del pueblo azul y las montañas al atardecer son algo que nunca vas a olvidar.

Dato de color: La tradición de pintar las casas de azul tiene raíces judías, ya que simboliza el cielo y la conexión con lo divino.

4. El desierto del Sáhara: la magia de las dunas de Erg Chebbi

El Sahara es el destino soñado de cualquier viajero en Marruecos. Las dunas doradas de Erg Chebbi, cerca de Merzouga, ofrecen una experiencia que nunca olvidarás.

Campamento bereber en Merzouga

Las dunas se extienden como un mar dorado, cambiando de color con el sol y regalando paisajes que parecen de otro mundo. Este es el corazón del Sáhara marroquí, donde el silencio y la inmensidad te envuelven, y donde cada experiencia es inolvidable.

En el desierto tenés que probar algunas actividades, que harán de tu viaje una aventura única.

Qué hacer en el desierto:

  • Montar en dromedario al atardecer: Nada representa mejor la experiencia del Sáhara que un paseo en dromedario por las dunas al caer el sol. Subir y bajar las colinas de arena mientras el cielo se tiñe de tonos dorados, naranjas y rosados es un momento mágico que te conecta con la esencia del desierto.
  • Dormir en un campamento bajo las estrellas: Pasar la noche en el desierto es una experiencia que no se compara con nada. Los campamentos, equipados con todas las comodidades, ofrecen una mezcla perfecta de tradición y confort. Después de una cena típica marroquí, podés disfrutar de la música bereber alrededor de una fogata y mirar el cielo estrellado, que en el desierto parece infinito.
  • Disfrutar del amanecer sobre las dunas: Levantarte temprano para ver el sol asomarse por el horizonte es algo que no te podés perder. La luz del amanecer transforma el paisaje y llena de vida las dunas. Es un espectáculo que recompensa cada minuto de sueño perdido.
  • Probar el sandboarding: Si buscás un poco de adrenalina, el sandboarding es la actividad ideal. Deslizarte por las dunas en una tabla es tan divertido como único, y una gran forma de conectarte con este terreno tan especial.
  • Visitar a los nómadas del desierto: Una de las experiencias más auténticas en Erg Chebbi es compartir un momento con las familias nómadas que habitan el desierto. Tomar un té con ellos y escuchar sus historias es una forma única de entender su estilo de vida y la conexión profunda que tienen con esta tierra.
  • Explorar los alrededores en 4×4: Si querés descubrir más allá de las dunas, un recorrido en 4×4 te llevará a lugares increíbles como lagos estacionales, aldeas bereberes o minas abandonadas, mostrando la diversidad del paisaje desértico.
  • Relajarte y reconectar con la naturaleza: El desierto tiene un ritmo propio, lento y pausado, que invita a reflexionar y desconectar. Sentarte en lo alto de una duna, sentir el viento y escuchar el silencio es una experiencia que renueva el alma.
La duna de Erg Chebbi
Quads en la duna de Erg Chebbi

Dato de color: La vía láctea es especialmente visible desde el desierto. Llevá una cámara con trípode para capturar la magia del cielo nocturno.

5. Essaouira: la joya costera de Marruecos

Ubicada en la costa atlántica de Marruecos, Essaouira es una ciudad que combina historia, arte y naturaleza de una manera única. Con su medina amurallada, sus playas de arena dorada y su ambiente relajado, esta ciudad es un destino ideal para aquellos que buscan escapar del bullicio de las grandes urbes marroquíes y disfrutar de un lugar lleno de encanto.

Vista de la muralla de Essaouira

Si visitás Essaouira, aquí te dejo algunas experiencias que no te podés perder.

Qué hacer en Essaouira:

  • Recorrer la medina de Essaouira: La medina de Essaouira, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un laberinto de calles estrechas y plazas tranquilas. Aquí podrás caminar sin rumbo, descubriendo tiendas de artesanías, galerías de arte y cafés con vistas al mar. No te olvides de fotografiar las puertas azules, un sello de identidad de la ciudad.
  • Visitar las murallas y la Skala de la Ville: Las murallas que rodean la medina ofrecen vistas espectaculares del océano Atlántico. En la Skala de la Ville, una antigua fortaleza construida para proteger la ciudad, podrás ver los cañones de época y disfrutar de una panorámica única del puerto y la playa.
  • Relajarte en las playas de Essaouira: Essaouira es conocida por sus hermosas playas, ideales para un día de descanso. Si te gusta el kitesurf o el windsurf, este es el lugar perfecto, ya que las condiciones del viento son perfectas. Si prefieres algo más tranquilo, simplemente relájate bajo el sol y disfruta del sonido de las olas.
  • Probar los mariscos frescos: Essaouira es famosa por su puerto pesquero y por sus mariscos frescos. No te pierdas la oportunidad de probar el pescado a la parrilla en uno de los puestos del puerto, donde podrás elegir tu marisco directamente del mercado y verlo preparado al instante.
  • Pasear por el puerto pesquero: El puerto de Essaouira es un lugar vibrante y lleno de vida. Es el sitio perfecto para ver a los pescadores en acción y disfrutar de la atmósfera auténtica del lugar. Aquí también podrás ver las típicas barcas azules que caracterizan la ciudad.
  • Visitar la Moulay Hassan Square: La Plaza Moulay Hassan es el lugar perfecto para detenerse a observar el ajetreo de la ciudad. Aquí se encuentran cafés y restaurantes con terrazas al aire libre, ideales para probar un té de menta mientras ves el día pasar.
  • Explorar el zoco de Essaouira: El zoco de Essaouira es uno de los más tranquilos y menos turísticos de Marruecos, lo que lo convierte en un lugar perfecto para descubrir productos locales sin agobiarte con multitudes. Encontrarás desde artesanías de madera de thuya hasta especias y alfombras tradicionales.
  • Visitar la Sinagoga de Essaouira: Essaouira tiene una rica historia judía, y la sinagoga de la ciudad es un recordatorio de la importancia de la comunidad judía en la región. La sinagoga está en el barrio judío de la ciudad, también conocido como el Mellah, un lugar con una atmósfera muy especial.
  • Disfrutar del ambiente artístico: Essaouira es conocida por ser un refugio para artistas y artesanos. Recorre las galerías de arte de la ciudad, donde se exhiben obras que van desde pinturas hasta esculturas inspiradas en la cultura y paisajes locales. La ciudad tiene una vibrante escena artística que definitivamente vale la pena explorar.
  • Ver la puesta de sol sobre el océano: Nada más mágico que terminar el día con una puesta de sol sobre el mar. Dirígete hacia la playa o las murallas de la medina para ver cómo el cielo se llena de colores cálidos y cómo el océano refleja la luz del atardecer. Es una experiencia que te dejará sin aliento.

Essaouira es una ciudad que te atrapa con su mezcla de historia, arte y naturaleza. Es el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la vida en su ritmo más relajado.

Si buscás un destino diferente, donde el tiempo parece detenerse y el arte se respira en cada rincón, Essaouira te espera con los brazos abiertos. ¡No te la pierdas!

Dato de color: Bob Marley y Jimi Hendrix pasaron tiempo aquí en los años 60, lo que consolidó el ambiente bohemio de la ciudad.

Descubrí Marruecos con nosotros en 2025

Aprovechamos que llegaste hasta aquí para contarte que algunos de estos lugares forman parte de los itinerarios que tenemos planificados para 2025.

Y para que lo tengas en cuenta, en nuestros viajes, no solo visitamos puntos turísticos, sino que nos enfocamos en vivir experiencias reales: compartir un té con nómades en el desierto, preparar un plato tradicional en una casa bereber o recorrer paisajes únicos con calma, lejos de las multitudes.

Si soñás con un viaje diferente, lleno de momentos auténticos y conexión con la cultura local, te invitamos a explorar Marruecos con nosotros. Se trata de un viaje ideado para que el grupo reducido que nos acompañe esté conformado por personas con los mismos valores viajeros que nosotros, y que busquen un viaje distinto, enfocado en conocer la realidad local.

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Una respuesta a «5 Lugares que No Podés Dejar de Visitar en Marruecos»

  1. Avatar de Florencia
    Florencia

    Me encantó el blog! Súper completo e información muy útil!

    ¿Cuando es el proximo viaje en grupo? Me encantaría sumarme

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